Ensayo
de “The excitement of Clinical Microbiology”,
2013, Schaechter Elio, Feature Article, Vol. 8, No. 1, pp. 11-14.
Georgina Corona
Rodríguez
Una de las grandes
brechas en la microbiología es la microbiología clínica, ignorada por la
academia de investigadores microbiológicos, en parte, quizá, porque la
actividad de diagnóstico es hecha en lugares como hospitales y laboratorios
comerciales.
Esa brecha deja de
lado las raíces históricas de la microbiología. Hubo una enorme prisa para
desarrollar métodos para determinar los agentes responsables de pacientes
enfermos, los materiales de laboratorio fueron designados a favor del
crecimiento de ciertos organismos y revelaban sus distinguibles propiedades con
pruebas serológicas desarrolladas. En esos días no había distinción entre
diagnóstico y microbiología básica, sin embargo los investigadores básicos
divergieron más y más de diagnósticos microbiológicos.
Además de
diagnosticar infecciones causadas por patógenos, los microbiólogos clínicos
descubren nuevos patógenos, que pueden actuar como posibles causantes de
epidemias. Proporcionan información estadística y clínica sobre los agentes
patógenos, y desarrollan herramientas para el diagnóstico.
Se necesita de
mucha experiencia para hacer las cosas bien, los técnicos de laboratorio se
considera capacitado hasta que tenga más de tres años de práctica. Puede que en
el estudio una bacteria sea relevante para el diagnóstico o quizá son
contaminantes, la evaluación de ello es raramente fácil. También es difícil
distinguir los patógenos potenciales a partir de la flora normal. El conjunto
de habilidades esenciales serían difícil de duplicar con máquinas. Es increíble
la cantidad de información obtenida de
procedimientos simples combinados con una observación aguda, que puede ser de
gran valor.
La gente de los
laboratorios siente que a pesar que existen avances tecnológicos orientados
hacia el aumento de la velocidad de diagnósticos, el talento humano seguirá
siendo requerido.
La biología es una
ciencia que se aplica a muchos ámbitos profesionales, la microbiología clínica
da fe de ello, y que sea la microbiología una aplicación de la microbiología no
le debería quitar autenticidad científica, pues se lleva toda una serie de técnicas,
se desarrollan herramientas y se genera información; muy útil, y aunque el
desarrollo de la tecnología siempre es constante, los clínicos microbiológicos no
dejarán de ser indispensables.
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