Reseña de “Reconstructing the
Tree of Life, Kristen S. Swithers and Laura A. Katz, 2013, Volumen 8, Number 6,
pp. 249-256, Microbe.
Georgina
Corona Rodríguez
La
construcción del árbol de la vida normalmente se hace con una sola bifurcación,
capturada por el descenso vertical entre los linajes, se excluye hibridaciones
y la
transferencia lateral de genes (LGT), pero en realidad las
transferencias genéticas laterales son un motor de evolución importante, este
proceso se pensó que se limitaba a los dominios archaea y bacteria, porque los
genomas eucariotas se encuentran dentro de envolturas nucleares que por lo
general actúan como barreras para las moléculas de ADN de más de 300 pb, pero a
pesar de esto, la LGT juega un papel importante en la evolución de eucariotas
así como en bacterias y arqueas.
Muchos
factores hacen que sea difícil de detectar un LGT, se depende en gran medida de
la identificación de incongruencias filogenéticas entre un gen en cuestión y
genes de referencia, la acumulación de datos sugieren las transferencias laterales
de genes ocurren dentro y entre las especies pertenecientes a los tres dominios
de la vida.
La
imagen de un árbol bifurcado de la vida es complicado, sería bueno tener un
diseño diferente debido a que el propósito de que exista es describir la
evolución de la diversidad, hay imágenes
propuestas, como una red o el bosque de la vida, que parecen ser mejor pues
captura las complejidades que subyacen a la evolución.
La transferencia horizontal o longitudinal de genes, dado que se
da por los mecanismos de conjugación, transducción y transformación, permitió
un flujo de genes entre los tres dominios, por lo que todas las especies tienen
un parentesco genético, dando la oportunidad de realizar análisis filogenéticos
tomando en cuenta este proceso que sucede en los seres vivos. A su vez, esto
nos ha ayudado a esclarecer la visión un poco errónea que tenemos sobre un
árbol filogenético, y permite hacer modificaciones que nos acercan más a
comprender la gran diversidad biológica.
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