lunes, 23 de septiembre de 2013

6. PROCHLOROCOCCUS. DANIEL MURO

BIOLOGÍA DE PROCARIONTES 5013
PROFESORA: VALERIA SOUZA SALDÍVAR
ALUMNO: MURO GONZÁLEZ DANIEL BRANDON

 REVELANDO A PROCHLOROCOCCUS

El objetivo principal del autor en este artículo es el de dar a conocer a esta importantísima bacteria llamada Prochlorococcus, relatándonos la historia de su descubrimiento y de cómo ha ido aumentando nuestra comprensión de su funcionamiento conforme nuevas tecnologías han surgido con los años.

La fotonsíntesis es la responsable de que exista gran parte de la vida en la Tierra, y la mitad de este proceso a nivel global es realizado en los océanos por el fitoplancton, siendo el Prochlorococcus el miembro más abundante de estos con aproximadamente un trillón de trillones de ejemplares vivos.

El prochlorococcus es una planta unicelular de una micra de diámetro que posee tanto divinil clorofila, como clorofila B, muy parecido al de los cloroplastos, un pigmento encontrado en plantas terrestres, por lo que por algún tiempo se creyó que este era el eslabón perdido entre bacterias y plantas. (De ahí el nombre Prochlorococcus, en inglés: “Little-round-progenitors-of-chloroplasts.”) Tras secuenciar sus genes, se descubrió que en realidad esto no era así, que estos no comparten un ancestro en común con los cloroplastos, en realidad son un conjunto inusual de pigmentos, único en esta bacteria.

Con sólo 1700 genes básicos, esta célula es capaz de romper el agua para liberar oxígeno e hidrógeno utilizando al sol como fuente de energía, algo que nisiquiera los humanos somos capazes de lograr con nuestra tecnología. Pero además de estos 1700 genes básicos, estas bacterias del océano tienen una increíble variabildad genética, ya que ningún microorganismo descubierto hasta ahora tiene exactamente los mismos genes, y esto se debido a los virus, ya que estos inyectan su ADN a las células para reproducirse, mezclando genes entre muchas de ellas, fomentando la diversidad y asegurando su estabilidad.

Esta diversificación ha dado lugar a diferentes tipos de células adaptadas a todas las condiciones de luz, temperatura y nutrientes en el océano, distribuyéndose en diferentes capas de ecotipos dependiendo de la profundidad, ya que cada tipo está especializado en absorber la longitud de onda más útil que llega hasta la profundidad a la que se encuentra, separando las especies entre sí.

Este es un equilibrio muy delicado en donde cada organismo, desde los recolectores hasta los depredadores, mantienen un flujo continuo  de energía en el ecosistema perfectamente balanceado, y alterar este flujo podría acarrear serias consecuencias.

Nuestra comprensión sobre los océanos va mejorando y conforme avanza la tecnología y se tienen cada vez mejores herramientas para observar el mundo. Esta bacteria importantísima se descubrió hace apenas 25 años, lo que nos plantea la posibilidad de que existan más microorganismos de igual o mayor importancia aún no descubiertos, que en un futuro podrían ser detectadas con otras herramientas. Sin duda alguna, las funciones y los mecanismos de la mayoría de los microorganismos sigue siendo un completo misterio para nosotros.

El autor también nos advierte del peligro de fertilizar los océanos para intentar mitigar el calentamiento global, ya que no comprendemos bien que alteraciones podríamos causar, y podría ser desastroso alterar toda la cadena alimenticia marina.


Unveiling Prochlorococcus. Sallie W. Chisholm. Microbe, Volume 6, Number 6, 2011

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