Microbial
Habitability of Icy Worlds
De John C.
Priscu and Kevin P. Hand
Volume 7,
Number 4, 2012 / Microbe
Tania Lucero Vargas Luna
Los
microorganismos siempre han dominado el planeta a lo largo de la historia,
incluso antes de que plantas y animales existiéramos por lo tanto muchos
investigadores creen que es posible que los microorganismos puedan poblar otros
planetas o mundos; por lo que están en constante búsqueda de el agua liquida en
otros planetas, pues en el planeta tierra el agua esta estrechamente
relacionada con la vida.
Este es el caso de Europa, Ganymede y Enceladus que son lunas que orbitan Júpiter o Saturno que aunque están cubiertas por hielo, en su subsuelo se encuentran océanos que contienen muchas veces el volumen de agua líquida en la tierra y pueden proporcionar el mayor volumen de espacio habitable en nuestro sistema solar.
De las lunas con mayor probabilidad de tener
actividad microbiana, se encuentra Europa que tiene quizás el mayor potencial
como hábitat moderno para la vida microbiana, pues su corteza de hielo
relativamente delgado, de 15.5 km facilita detectar la vida. Junto con el líquido
del océano, Europa también alberga una roca en el fondo marino que puede
suministrar de energía y de los demás elementos necesarios para impulsar el
metabolismo y con ello la vida.
Como ya sabemos que los tres requisitos
fundamentales para la vida son agua liquida, un conjunto de elementos biológicamente
esenciales y una fuente de energía, además, varias otras condiciones de deben
considerar para la existencia de esta, incluyendo la temperatura, la radiación,
el pH, la salinidad, y la estabilidad temporal; además que la energía debe
estar en desequilibrio y libre, esto es determinante para el metabolismo,
reparación, crecimiento y la reproducción.
La química de la superficie de Europa esta
dominada por azufre y el agua, haciendo que el ciclo de azufre multiplique las
posibilidades de habitabilidad en la luna. Muchas cantidades de azufre provienen
de volcanes que influyen en la habitabilidad de Europa; es decir, desde un
punto de vista de la bioenergética, el acoplamiento
de oxidantes de la superficie con reductores hidrotermales del fondo marino
podrían ser la clave para la habitabilidad de Europa.
Aun si los microorganismos estuvieran ausentes
en Europa, podríamos profundizar en las condiciones que llevaron a la vida en
la Tierra, y del mismo modo si descubrimos vida en Europa entonces podríamos comenzar
una rigurosa comparación para investigar las condiciones que conducen a la aparición
de la vida en ambos mundos. Este deste descubrimiento tendría un gran impacto
en la ciencia y la sociedad y nos daría otra forma de analizar como interactúan
los microorganismos con su entorno y como se desarrollo la vida.
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